domingo, 8 de marzo de 2009

APRENDER DE LA PRÁCTICA SOCIAL

Los proyectos sociales de iniciativa estatal, entendidos como proyectos de distinta naturaleza que tienen como fin último el incremento de recursos y la cualificación en la toma de decisiones de grupos poblacionales con potencialidades y necesidades específicas, son un escenario desaprovechado para el aprendizaje. Debido a su propia condición instrumental y de actuación tangible, la mayoría de ejercicios en los proyectos sociales culminan en protocolos y modelos de trabajo que son asumidos acríticamente en tanto promuevan el logro efectivo (real o aparente) de objetivos y metas. Esto genera una inercia que suele ubicar las fallas y problemas de la intervención (llámese también acompañamiento, potencialización o provocación) en puntos de falla que son reiteradamente señalados (poca financiación, mal entrenamiento de los equipos, pobre respuesta de los pobladores, cronogramas insuficientes, choque institucional, fragmentación en la intervención).

Es observable que en la focalización de dichos puntos de falla, estos se encuentran ligados como causa o efecto a una perspectiva de evaluación que para el caso colombiano no ha sido estandarizada en los distintos ámbitos del Estado, excepto por la presencia de protocolos de agencias internacionales o de organizaciones privadas, que de manera mecánica han sido insertados en las acciones de valoración y validación de los productos e impactos de los proyectos. Lo encontrado en la literatura es que muchos de estos patrones de evaluación son básicamente tecnocráticos, con índices internacionales, metodologías genéricas y una clara minusvaloración de los aspectos históricos, humanos y culturales de los grupos poblacionales que son afectados por las intervenciones.

Quizá el único modelo de aproximación analítica a los proyectos que surge con una alta integralidad es la sistematización, la misma es un cuerpo de metodologías que están enmarcadas por un interés central que compagina completamente con el concepto de proyecto social propuesto en el primer párrafo (generar en los grupos poblacionales una producción amplificada de recursos y una cualificación en la toma de decisiones). La sistematización promueve el análisis práxico de los proyectos, esto implica que la mirada prospectiva o retrospectiva de los actores de los proyectos está ligada a categoría de análisis que parten de preguntas provocadoras, ligadas a valoraciones conceptuales de la realidad. Su finalidad última es generar cualificación conceptual, técnica, operativa y comunicativa de los actores institucionales y no institucionales.

Este texto pretende exponer el resultado de la sistematización de un proyecto social ligado al área de comunicación para el desarrollo. Se trata de esta área por ser el lugar de trabajo y reflexión de los autores, adicionalmente por ser uno de los campos en que paulatinamente el incremento de inversión estatal implica una cualificación de los productos e impactos esperados. El proyecto Punto Seguido, es una propuesta que tuvo como objetivo básico el diseño e implementación de una campaña masiva para la prevención de la violencia intrafamiliar y la promoción de la convivencia pacífica en cuatro ciudades del Eje Cafetero colombiano.

Desarrollado durante veinte meses (años 2005 –2007) fue un proyecto dirigido a pobladores de cincuenta barrios de las cuatro ciudades, ubicados en zonas periféricas y marginales , en los que las estadísticas de los entes estatales determinaron que existían porcentajes significativos de violencia intrafamiliar y de otras violencias. Su sustento metodológico estuvo ligado a los supuestos generales de la comunicación para el desarrollo, campo asociado (al igual que la sistematización) con las lógica y procedimientos de la educación popular en Centro y Sur América. Ya en la intervención el proyecto asumió jurídicamente los protocolos de la estrategia IEC (Investigación – Educación – Comunicación) y operativamente los lineamientos del modelo macrointencional de la comunicación en asocio con la implementación del grupo operativo. Con dos macroactividades de trabajo - la producción mediática y el trabajo grupal en los barrios - el proyecto tuvo una serie de hechos coyunturales que determinaron ajustes significativos, tanto en lo conceptual, procedimental y operativo. En ese devenir surgieron condiciones, efectos y resultados que no respondieron lógicamente a los presupuestos de la planeación.

Estos hechos ligados, a inquietudes procedentes de la operación en otros proyectos, implicaron que la sistematización se convirtiera en un ejercicio para comprender lo que quedó aproblematizado en la operación cotidiana de Punto Seguido, fijándose en todo aquello que fue minusvalorado por la coyuntura del día a día. Desde esta condición los ejercicios de análisis fueron asumidos con el criterio de la praxis, como lógica de abordaje para producir conocimiento.

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